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martes, 12 de mayo de 2015

"Era un infierno": Así fue el rescate del Airbus accidentado en Sevilla

 
     -Tres vigilantes y un limpiador cuentan cómo fueron los primeros en llegar a los heridos del A400M junto con los dos agricultores a los que Rajoy ha elogiado como héroes.

     -Si a los dos agricultores les concediera el Gobierno la medalla al Mérito Civil, quizás habría que ampliar el círculo e incluirles a ellos, tres empleados de seguridad de Prosegur destinados en el cercano centro comercial Outlets (antiguo Factory Aeropuerto) y un trabajador de limpieza y mantenimiento de ese polígono industrial.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha publicado en su cuenta de Twitter una foto suya con Manuel Iglesias, uno de los dos agricultores sevillanos -el otro es Luis Hidalgo- que ayudaron en los primeros instantes a los dos supervivientes del accidente del A400M donde murieron cuatro tripulantes, y lo ha calificado de «héroe». No fueron los únicos. Hay al menos otros cuatro hombres ajenos a los equipos de emergencias que llegaron de forma prácticamente simultánea al escenario del desastre para asistir a los heridos y cuya acción y nombres, hasta ahora que EL MUNDO los ha encontrado y ha hablado con ellos, no se conocían.
 
Si a los dos agricultores les concediera el Gobierno la medalla al Mérito Civil, quizás habría que ampliar el círculo e incluirles a ellos, tres empleados de seguridad de Prosegur destinados en el cercano centro comercial Outlets (antiguo Factory Aeropuerto) y un trabajador de limpieza y mantenimiento de ese polígono industrial, Los Espartales, en el término de La Rinconada. Aunque afirman que sólo han hecho lo que debían. «No soy un héroe, no quiero palmaditas en el hombro, sólo hicimos lo que habría hecho cualquier persona», dice Adrián Andrade, auxiliar de seguridad de 29 años, que encontró «un auténtico infierno». Recuerda el hueso roto de la pierna de un herido «que le atravesaba la bota militar».
 
Ese superviviente era el ingeniero José Luis de Augusto, que tenía «una fractura en la cara que le llegaba desde la frente a la parte superior de la boca. Decía, 'no puedo respirar, no puedo respirar', por la sensación de ahogarse que sentía con su sangre», rememora el vigilante de seguridad Rafael Vizcaíno Caricol, de 39 años. Con él y con Andrade iba también el vigilante Pablo Rossi.
 
El accidente ha costado la vida a cuatro tripulantes (los pilotos Jaime de Gandarillas y Manu Regueiro y los ingenieros Jesualdo Martínez Ródenas y Gabriel García Prieto) y ha puesto en jaque la producción del avión militar A400M, el mayor proyecto de defensa europeo, que se ensambla en la cercana fábrica de Airbus del aeropuerto de San Pablo. Este domingo, un día después del desastre, encontramos a Ángel Arjona Muñoz, de 32 años, vecino de Brenes, en su puesto de trabajo, barriendo con una escoba y un recogedor la calle principal del polígono Los Espartales bajo el sol ardiente de las tres de la tarde. Cuenta qué hizo. «Estaba barriendo. Había visto pasar el avión antes, normal, y más tarde escuché un ruido y a los cinco minutos vi mucho humo negro [por encima de las naves industriales, que le tapaban la visión]. Cogí el coche, encontré a los dos vigilantes y un auxiliar de Prosegur, los monté y fuimos hacia el humo. Pero había una torreta caída y cables de alta tensión cortando el camino. Yo me quedé allí para avisar del peligro de los cables a las emergencias que vinieran y ellos se fueron hacia el avión».

"Los cables de alta tensión pegaban chispazos"

Rafael Vizcaíno cuenta por teléfono -ayer estaba fuera de Sevilla de descanso- que rodearon la torre caída y los cables, «que pegaban chispazos en el camino», y corrieron campo a través. «Nos encontramos el avión ardiendo y una humareda impresionante». Explica que dos trabajadores del cortijo, que está a doscientos metros, habían llegado en ese momento y estaban ya ayudando al herido que estaba más cerca de la cabina, «a unos 50 metros», retirándolo unos metros más para alejarlo de las llamas. Ese herido era el mecánico de vuelo Joaquín Muñoz Anaya, con quemaduras y politraumatismos.
 
Los dos agricultores y los tres vigilantes de Prosegur se fueron entonces a ayudar al otro superviviente, herido más grave, el ingeniero José Luis de Augusto, que yacía «en un carril a más de cien metros de la parte de atrás del avión». Lo cogieron en volandas y lo apartaron, y los rescatadores improvisados se dividieron entonces para acompañar a los heridos mientras llegaban las ambulancias y para advertir a sanitarios, bomberos, guardias y policías del riesgo de los cables, desviándolos por un camino que indicaron los agricultores.
 
Así ayudaron a ordenar la «caótica» situación de los primeros minutos, cuando las emergencias quedaron «bloqueadas por los cables de alta tensión». En esos primeros minutos también llegaron un ciclista que hacía deporte por allí y una pareja de guardias civiles, añade.
Uno de los agricultores contó ayer en televisión que vio cómo el avión al aterrizar de emergencia chocó con la torre eléctrica y salió ardiendo. Al parecer, los supervivientes se tiraron al suelo desde la ventanilla de la cabina cuando el avión paró en tierra y, como pudieron, se arrastraron unos metros. Aunque Rafael dice que el ingeniero quizás «salió despedido» lejos del aparato, pues no comprende cómo con la pierna rota pudo moverse. No pudieron hacer nada por los otros tripulantes. «El piloto y el copiloto estaban ya muertos en sus puestos en la cabina».
 
El herido más grave se quejaba de que no podía respirar, sintiendo que se ahogaba con su sangre. Le hablaban para mantenerlo despierto mientras llegaba la ambulancia, recuerda Adrián Andrade: «Mis compañeros Rafael y Pablo estaban a sus lados y yo por detrás, para inmovilizarlo. Le preguntábamos, ¿cómo te llamas? 'Me llamo José Luis', ¿cómo te llamas?, 'José Luis', para que no se desmayara. ¿Cuántos ibais? 'Ocho', '¿Cuántos ibais? 'Siete' ¿Cuántos ibais? 'Seis'». Sobre el accidente ni les preguntaron ni los heridos podían articular más palabras.
 
«Al retirar a un herido escuché algo que explotaba detrás, chuff. Podía haberlo cogido a él o incluso a nosotros», apunta Andrade. Insiste en que sólo hicieron lo que debían. «Los mismos clientes del centro comercial me dijeron que habían visto un avión estrellarse. Hablé con mis compañeros, 'vamos para allá, si es un avión hay gente, y si hay gente, hay que echar una mano'», dice este vecino de La Puebla de Cazalla. Lamenta que no pudieran hacer nada por los cuatro muertos.
 
Su compañero Rafael está de acuerdo: «No somos héroes, hemos hecho nuestro trabajo». Aunque ve justo «que se reconozca a todos» los que ayudaron, y precisa que, puesto que los trabajadores del cortijo ya estaban donde cayó el avión, ellos fueron entonces «los primeros en llegar del resto». No importa el orden: la pronta intervención de todos junto al avión en llamas contribuyó a que los dos supervivientes no perdieran su hilo de vida.
 
Fuente:

Gastos de seguridad en España y el resto de Europa

El sector de la seguridad ha sufrido una gran evolución tecnológica en los últimos años, lo que ha provocado que se haya incrementado el uso de los sistemas de protección. Lo que antes se consideraba un gasto que no estaba al alcance de todas las familias y pequeños negocios (en el contexto económico actual), ha cambiado y ahora se puede considerar una inversión para reducir riesgos.
 
Seguridad pública y privada en España.
Cuando hablamos de seguridad pública, las cifras nos muestran que los gastos han seguido una cierta tendencia a disminuir en los últimos años. Según el último Informe Anual de la Seguridad en España, en el año 2012, el gasto en seguridad pública fue de 7.821,15 millones de euros (correspondiendo el 80,56 % a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el 19,44 % a las Policías autonómicas). España cuenta con unos 240.000 agentes de seguridad pública (datos de 2012), lo que significa una media de 1 agente por cada 196 habitantes.
 
Diferencias con otros países europeos:
Suecia – 1/522
Alemania – 1/326
Francia – 1/271
Reino Unido – 1/382
Italia – 1/565
Polonia – 1/388
Si comparamos las cifras españolas con otros países europeos, podemos observar que tenemos una media bastante alta, superando al resto de países de la muestra. Si bien es cierto que el número de delitos por habitante en España está por debajo del ratio europeo.
Respecto a la seguridad privada, España cuenta con aproximadamente unos 90.000 vigilantes de seguridad, es decir, una media de 1 vigilante por cada 525 habitantes.
Diferencias con otros países europeos:
Suecia – 1/467
Alemania – 1/484
Francia – 1/437
Reino Unido – 1/170
Italia – 1/1260
Polonia – 1/190
Al comparar las cifras con el resto de países europeos, se puede observar que no es un número excesivamente alto (aunque está muy por encima de Italia, que destaca por tener un número de vigilantes muy inferior al resto de países europeos). Pero valorando los datos en conjunto, las cifras de seguridad pública y privada en España ofrecen una media muy por encima de la europea.

Por qué confiar en empresas de referencia

Dentro de las empresas líderes en seguridad privada podemos destacar a Prosegur, compañía internacional que cuenta con más de 350 sedes en cuatro continentes y con un total de 158.000 profesionales trabajando. A pesar de la crisis, durante el año 2014 su facturación aumentó un 2,4 % con respecto al ejercicio anterior, produciéndose también un crecimiento orgánico de un 10 %.
En lo referente a nuestro país, Prosegur es la empresa líder en servicios de seguridad, resultando la opción más fiable para instalar un sistema de alarma en tu hogar o pequeño negocio. Esta compañía cuenta, además, con una gran experiencia avalada por todos los clientes y, sobre todo, por los grandes profesionales que trabajan para tu protección y la de los tuyos.
La diferencia entre instalar una alarma cualquiera o invertir en los productos y servicios que ofrece Prosegur radica en el resultado.
Los profesionales de Prosegur realizan un análisis de riesgos en el que se detectan las posibles vulnerabilidades. Con este estudio se consigue diseñar un sistema de seguridad acorde con tus necesidades reales. Además, la instalación es rápida, cómoda y sin necesidad de realizar obras, lo que también disminuye el coste final.
Recuerda que la seguridad no es un gasto, es una inversión. Invertir en seguridad es invertir en confianza.
 
Fuente:

viernes, 8 de mayo de 2015

Optimización de las tres líneas de negocio de Prosegur España, S.L

Prosegur analiza los retos de la seguridad digital en las organizaciones

 
 
Como patrocinador de Mundo Hacker Day 2015, celebrado hace unos días en Madrid, la empresa de seguridad Prosegur ha presentado sus soluciones en seguridad digital con demostraciones prácticas y el hacking de los sistemas informáticos en las organizaciones
 
La multinacional de seguridad Prosegur ha patrocinado la reciente y segunda edición de Mundo Hacker Day 2015, en la que han participado más de 1.500 expertos en materia de ciberseguridad a nivel nacional que han debatido en Madrid sobre las principales amenazas que se están desarrollando en Internet y los avances tecnológicos para combatirlas.
 
El director del negocio de ciberseguridad de Prosegur, Isaac Gutiérrez, impartió una ponencia sobre ‘Los retos de la seguridad corporativa en 2015’, en la que señaló que “el trabajador es el eslabón más débil. A veces las empresas ni siquiera son conscientes de la fuga de información. Más allá de las recomendaciones básicas, como antivirus, cortafuegos o copias de seguridad, es necesario concienciar de los riesgos de utilizar teléfonos móviles y otros dispositivos”.
 
Durante este evento, Prosegur también participó en una mesa redonda en la que, a través de ejemplos prácticos, se analizaron las principales amenazas en materia de ciberseguridad que afectarán al Internet de las cosas (IoT), a los puntos de venta o a los dispositivos móviles, entre otros.
 
En este contexto, la compañía presentó el pasado año SOC (Security Operation Center), un centro global de operaciones de seguridad en la red con el objetivo de ofrecer a las empresas una gestión de la seguridad que permita reducir los riesgos y proteger la confidencialidad de su información. Actualmente, Prosegur ofrece tres bloques de servicios relacionados con la seguridad cibernética.
Así, la seguridad lógica consiste en proteger la vulnerabilidad de los sistemas informáticos de las organizaciones; la vigilancia digital ofrece un servicio de análisis de la información que pueda afectar a la reputación y, por último, las soluciones de ciberinteligencia previenen la fuga de información y posibles fraudes.
 
La nueva línea de negocio de ciberseguridad se completa también con servicios de vigilancia, logística de valores y gestión de efectivo y tecnología de la compañía para ofrecer una propuesta de seguridad integral a sus clientes.
 
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